jueves, 3 de febrero de 2011

Año Nuevo Chino: ¿Gato, liebre o dinasaurio?

Para la astrología china, termina el año del Tigre, que dejó sus terribles zarpazos marcados en la experiencia de vida de muchos de nosotros. Por Veronica Grunewald

 Para la astrología china, termina el año del Tigre, que dejó sus terribles zarpazos marcados en la experiencia de vida de muchos de nosotros. A nivel nacional, terremoto, mineros atrapados, fin del gobierno concertacionista, entre otros puntos de inflexión que nadie puede decir, dejó indiferente. Por el mundo vimos el tambaleo financiero de las potencias o la nube del volcán en Islandia que dejó aeropuertos cerrados y millonarias pérdidas a las líneas aéreas en Europa. Es hora en que el Tigre siga su camino y le demos la bienvenida al gato, que nos llevará a descansar un instante, para curarnos las heridas más o menos profundas dejadas por el otro felino.

Siendo gato, me aplico a investigar de qué se trata este nuevo año en la astrología china y espero con cierta expectación que llegue el momento de dar la bienvenida al gato en un nuevo período, que, me repito una y otra vez será de mayor armonía que el anterior. En algunos lugares le llaman liebre o conejo, pero llegué a consenso y para este caso, será gato. En verdad es una larga historia, tan larga como la de China. Lo cierto es que cada 60 años se repite un ciclo de combinación animal-elemento. El último año gato de metal fue 1951 año de acontecimientos más relevantes en Asia y Africa, principalmente.

Este mitológico felino camina con calma por la vida, tomándose su tiempo, sin correr si no hace falta. Con sus elegantes modales, sensibilidad y belleza el gato simboliza la amabilidad y el discurso suave. Un buen gato, dicen es reservado, en este punto lo asocio a cierto vino famoso, pero no tiene nada de reservado, por lo que debo continuar con la nota. De mi amigo gato, se dice tiene las habilidades de un diplomático o político experimentado. Por primera vez estoy dudando, al fin y al cabo, se decía que hace algunos años los niños eran inscritos en el registro civil en fechas pasadas o distintas de su nacimiento… ¿seré gato Señor? Más de alguna vez, la falta de diplomacia me jugó una mala pasada y debí asumir lo que nunca un político habría dicho. Bueno, aún me acomoda ser gato, afortunadamente, no me da para dinosaurio.

El gato simboliza la gracia, los buenos modales, el consejo sano, la bondad y la sensibilidad… (no puedo creer tanta maravilla!). En el antiguo Egipto era considerado un animal divino y protector contra las energías negativas… Está claro, debo tener un gato en la puerta de mi casa! No? Así no funciona, pues el gato jamás se dejará dominar y al fin y al cabo, hará lo que le da la gana. Recuerdo haber leído (porque no lo viví…. O si?) que hubo un triste período en que se asociaba al gato con prácticas diabólicas y si una mujer era vista con un gato rápidamente la siguiente escena era la misma mujer, sobre una hoguera. Curas y secuaces felices se repartían los bienes de la bruja.

Mis amigas esotéricas dirían que soy un buen gato, ya me he gastado unas cuantas vidas y me gustan los mimos. Sin embargo y aunque no creo en horóscopos ni chinos ni celtas, por si acaso llevaré un prendedor que simbolice al perro de la astrología china, pues el perro, increíblemente, es el que mejor protector del gato y el gato, en su año, es más vulnerable a lo imprevisto.

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